Hagamos una iglesia tan grande que los que la vieren labrada nos tomaran por locos

Este breve fragmento que acabamos de leer, bien podría estar sacado de una novela escrita por el mismísimo Ken Follet, pero nada más lejos de la realidad, solo se trata del pensamiento de aquellas personas que vieron nacer el corazón de Sevilla. Por supuesto que hablamos de la Catedral. Hoy la Cámara de Arte, asociación cultural que fomenta y apuesta por el patrimonio, otorga el título de “Mejor Catedral de España” a la de Sevilla, la cual había competido en última instancia con la Catedral de Santiago. Es curioso ver como nuestra ciudad recibe cada cierto tiempo reconocimientos tales como éste. Así, por ejemplo, el pasado mes de octubre se publicaba, en un reconocido medio de comunicación, que Sevilla encabezaba el ranking “Best in Travel” de Lonely Planet. En el caso de nuestra Catedral, para comenzar a conocer el corazón que reina Sevilla solo tenemos que pasear por sus alrededores. Allí comprobaremos que no vacilaban aquellos que ansiaban construir este templo que cuidaron al más mínimo detalle, ejemplo perfecto del estilo gótico. Descubriremos cómo su torre, acompañada de múltiples historias y leyendas, se ha convertido en símbolo de un pueblo. Al contar, descubriremos que son siete las puertas por las que se accede a su interior, no por casualidad. Podremos tocar las cadenas que separaban el poder eclesiástico del civil. Si tu interés por conocer, aún no tiene fin, solo tendrás que adentrarte en su interior, donde cual libro abierto descubrirás parte de la historia de nuestra ciudad. Puede ser que, por alguna de estas razones, hoy 6 de noviembre, nuestra Catedral haya sido elegida la Mejor de España, sin embargo, hay una razón por la que para nosotros siempre será única. Y es que por más que creamos conocer de ella, siempre habrá algo nuevo que nos sorprenderá.